
Los jóvenes de Barcelona en Comú, queremos compartir una convicción: la nueva etapa que se abre después del Congreso “Repensem Barcelona” es una oportunidad para que las nuevas generaciones vuelvan a convertirse en protagonistas de la transformación política y social que necesita nuestra ciudad.
Barcelona en Comú se ha consolidado como una fuerza imprescindible para construir una ciudad más justa, feminista, verde y democrática. Durante los últimos años se han conseguido importantes hitos, pero los retos que tenemos delante nos exigen ir aún más allá. La precariedad laboral, la crisis de vivienda, la emergencia climática o la pérdida de vínculos comunitarios son realidades que nos afectan de forma directa a los jóvenes, y que sólo podremos superar si somos capaces de situarnos en el centro de la acción política.
En los debates del congreso se ha demostrado de nuevo que nuestra generación no está desmovilizada ni desinteresada: está politizada de nuevas formas. Ante la espiral de precariedad impuesta por el neoliberalismo y la falta de resultados tangibles de la izquierda institucional, es comprensible la frustración que nos aleja de la política tradicional. Pero lejos de resignarnos, estamos madurando defendiendo el derecho a vivir dignamente, a ser quienes somos sin miedo y tener un futuro sin renuncias. Sabemos que ese futuro sólo será posible si lo construimos colectivamente, desde la lucha obrera, con fuerza y radicalidad democrática.
Por eso creemos que hay que reconocer políticamente el espacio joven dentro de Barcelona en Comú. No sólo porque somos muchas las jóvenes que ya participamos activamente, sino porque nuestra mirada es imprescindible para repensar a la organización. El Congreso ha abierto un debate sobre cómo hacer crecer el proyecto, y estamos convencidas de que esto sólo será posible si se garantiza un espacio propio, con voz propia y capacidad real de incidir. Un espacio que no sólo sea simbólico, sino dotado de herramientas para articular propuestas, formar liderazgos y experimentar nuevas formas de organización colectiva.
Este reconocimiento no es sólo cuestión interna: es una apuesta estratégica. Si queremos construir un movimiento con arraigo social y capacidad transformadora, necesitamos incorporar plenamente a las jóvenes que hoy viven las desigualdades de manera más cruda, pero también a las que han crecido con nuevas formas de activismo y participación. Abrir la organización a las jóvenes no sólo es abrir la puerta al futuro, sino reforzar el presente del proyecto.
Por eso, desde Jóvenes de Barcelona en Comú hacemos un llamamiento abierto a todas las jóvenes de la ciudad a sumarse al proyecto. Porque esta nueva etapa necesita nuestro empuje, de nuestras ideas y de nuestra perspectiva propia. Necesita que llenemos los espacios políticos con nuestras vivencias y realidades.
El municipalismo que defendemos no es sólo una forma de hacer política, sino una forma de vivirla: en red, arraigada en el territorio y con vocación de cambio real. Y esto sólo será posible con una organización abierta, horizontal, que apueste por la participación, la acogida y la formación de nuevas generaciones comprometidas.